San Ictícola de los peces
(Prueba en "Grandes Hitos" en La Plata (Arg))


Ficha de la versión 
Obra San Ictícola de los peces
Versión Prueba en "Grandes Hitos" en La Plata (Arg)
Fecha Viernes, 29 de abril de 1994

Jorge Maronna: Hijos míos, pescadores de la aldea, hoy en el día de San Ictícola de los peces vamos todos a la ermita del santo a pedirle una buena pesca, ¡vamos!
Daniel Rabinovich: La verdad, desde que le rezamos a San Ictícola cada vez pescamos menos.
Carlos López Puccio: Antes sí que había buena pesca por aquí, con el santo que teníamos antes. Pero lo trasladaron.
Jorge Maronna: San Ictícola sabe que entre vosotros hay herejes, perjuros, apóstatas, y por eso está molesto.
Carlos Núñez Cortés: Padre, si le molesta la “apóstata”, ¿por qué no se opera?
Daniel Rabinovich: Al santo le molesta, no al padre.
Carlos López Puccio: Si por lo menos San Ictícola nos pudiera dar una señal, un signo.
Carlos Núñez: Ay, si nos da un signo, que sea el signo de Piscis.
Daniel Rabinovich: ¿Falta mucho para la hermanita del santo?
Carlos Núñez: Hermanita, hermanita... ¡la ermita del santo! La ermita, la ermita, la capilla, el santuario.
Jorge Maronna: Ya estamos llegando, ya estamos, vamos, adelante, vamos, falta poco.

Carlos Núñez: Oh, oh, oh

Todos:
San Ictícola de la mar
San Ictícola de los Peces
Te queremos solicitar
Que nos des una buena pesca
Al contrario que otras veces
No nos vuelvas a fallar
Con fervor y con fe
Te venimos a rezar
Pero tú también
Pon un poco de voluntad


Carlos Núñez: Oh, oh, oh

Todos:
San Ictícola de la mar
San Ictícola de los Peces
No nos vuelvas a fallar

Jorge Maronna: Ya llegamos, detengaos, detenedos, ¡detente, pescador!
Carlos López Puccio: Qué mamita amorosa... qué marmita de morsa... qué marmota Marisa... ¡qué ermita más hermosa!

Jorge Maronna: Hijos míos...
Daniel Rabinovich: Padres nuestros...
Jorge Maronna: Hoy, en el día de San Ictícola de los peces, hemos venido todos a pedirle al santo una buena pesca, y ¿a santo de qué hemos venido en el día del santo? Hemos venido para rezarle al santo en su santo.

Todos:
San Ictícola de los Peces
En tu día te imploramos
Cumple nuestros pedidos
Cumple nuestros ruegos en tu día
¡Cumpleaños feliz!

Jorge Maronna: Hijos míos, cada vez pescamos menos y debemos tomarlo como un verdadero milagro. Pero no, no de la multiplicación de los peces, sino de la división de los peces.
Carlos Núñez: Los peces se dividen en Ciclóstomos, Elasmobranquios y Osteictios, que...

Jorge Maronna: Cada vez pescamos menos, y la culpa es de vosotros.
Daniel Rabinovich: Siempre tenemos la culpa nosotros.
Jorge Maronna: Porque vivis en pecado.
Carlos López Puccio: No, no, padre, vivimos del pescado.

Jorge Maronna: Oremos: San Ictícola de los peces, ten piedad de estos pobres pecadores.
Todos: San Ictícola de los peces, ten piedad de estos pobres pecadores.
Jorge Maronna: Te confesamos todas nuestras faltas.
Todos: Falta ropa, falta comida, falta dinero.

Jorge Maronna: San Ictícola de los peces, nos retractamos de las ofensas inferidas a nuestros padres, a nuestros hermanos.
Todos: A nuestros padres, a nuestros hermanos, nos retractamos.
Jorge Maronna: A los hijos, a los cónyuges.
Todos: A los hijos, a los cónyuges, nos retractamos.
Jorge Maronna: A los tios, los primos, los sobrinos, los cuñados, los suegros, los yernos, las nueras.
Todos: Sí, nos retractamos.
Daniel Rabinovich: Se ve que es un retracto de familia.

Jorge Maronna: San Ictícola de los peces, perdona a estos pecadores inicuos, impíos, perjuros, perversos, despreciables, degenerados.
Todos: No le creas, no es para tanto.
Jorge Maronna: Y ahora, ahora cantemos.

Todos:
San Ictícola de los peces
danos pescado abundante
o caeremos en la tentación de la carne
y la maldición del colesterol.
Alabado sea el lenguado
y alabao el bacalao
luz divina a la sardina
divina luz a la merluza.

Jorge Maronna: Entonemos grandiosos salmos, salmones, y loas al atún.

Todos:
Loas atún, loas atún,
atún, atún, a tu nombre.

Jorge Maronna: Hijos, ahora les voy a leer la vida de San Ictícola.
Daniel Rabinovich: ¿Toda, padre?
Jorge Maronna: Don Ictícola Fiorentini fue un honesto mercader que vivió en La Toscana en el siglo XI, que descubrió su vocación religiosa el día en que casi muere atragantado por una espina de besugo. Su abnegada esposa salvó su vida extrayéndole la espina. Pero esos instantes de pánico le causaron una tremenda impresión. Ictícola nunca había visto tan de cerca a la muerte, ni a su esposa. Entonces decidió tomar los hábitos, decidió tomar los hábitos sobre todo el hábito de no comer pescado, y comenzó su prédica, la prédica contra el consumo de todo tipo de pescados y mariscos, desde el pulpito... ¡desde el púlpito! En 1614 fue canelonizado... ¡canonizado! como San Ictícola de la mar, protector de los peces, encargado de mantenerlos alejados de las redes de los pescadores. Es por esto que la devoción a San Ictícola de los peces está contraindicada en comunidades de pescadores. ¡Oohh!
Carlos Núñez: Y, y... ¿se puede saber qué estamos haciendo acá?
Daniel Rabinovich: Hace 20 años que venimos a la hermanita...
Jorge Maronna: Caramba, es que no lo había... no lo había leido nunca.
Carlos Núñez: ¡Esto es un desastre!
Jorge Maronna: No, no, es un pequeño descuido sin importancia.

(Todos protestan)

Jorge Maronna: Está bien, estoy en deuda con vosotros. Pero ¡debéis perdonar a vuestros deudores! Además, ego me absolvo.
Carlos Núñez: Así que San Ictícola era el que nos estropeaba la pesca.
Daniel Rabinovich: ¿Viste, Patricio?
Carlos Núñez: Tan santito que parecía.
Carlos López Puccio: ¿Y ahora qué hacemos?
Carlos Núñez: Qué sé yo...

Jorge Maronna: Ah, me hablaron muy bien de otro santo, San Cocho del pescador. Un cura amigo me pasó el santo. Sí, sí, me dijo que tiene la ermita muy cerca de aquí, vayamos a la ermita.
Carlos López Puccio: Pero ¿estará abierto?
Carlos Núñez: Sí, domingo debe estar abierto.
Daniel Rabinovich: Sí, así debe estar.
Carlos López Puccio: Sí, habría que haber reservado.
Jorge Maronna: No, no, no, vayamos, ten fe, vamos a la ermita.
Daniel Rabinovich: Pero no podemos ir con las manos vacías, deberíamos llevarle una ofrenda importante, para causarle buena impresión.
Jorge Maronna: No hace falta, hijo, recuerda lo que dice el refrán.

Carlos Núñez: Oh, oh, oh

Todos:
A San Cocho le daremos
en limosna chucherías

que no tengan mucho valor
que si la limosna es grande
hasta el santo desconfía

viva San Cocho el pescador.


url: http://www.lesluthiers.org
e-mail: webmaster@lesluthiers.org