Selección de bailarines
(DVD "Las obras de ayer")


Ficha de la versión 
Obra Selección de bailarines
Versión

DVD "Las obras de ayer"
Espectáculo

El reír de los cantares
Fecha Febrero de 1992
Duración 00:12:00

Daniel Rabinovich: A continuación, y finalizando el presente recital de Les Luthiers, vamos a ensayar algunos números de la comedia musical que montaremos próximamente. Me quiero presentar a ustedes: mi nombre es Frank, me llamo Frank... Frank, mis amigos me dicen Pancho, pero me llamo Frank. Soy coreógrafo, soy coreógrafo de profesión, voy a dirigir esta comedia musical, tengo 26 años...de teatro. Yo tengo 28. Las cosas que se dicen de nosotros, los coreógrafos, no falta el que dice que somos bailarines frustrados; yo no soy ningún bailarín frustrado: soy un coreógrafo... frustrado. Ahora vamos a hacer una selección de actores y bailarines, tenemos unos aspirantes haciendo precalentamiento. Vamos a verlos.

Carlos Núñez Cortés: ¡And five, six, seven, eight!

(Los aspirantes hacen ejercicios, acompañados de música de piano)

Daniel Rabinovich: Vayan terminando ya el precalentamiento, así empezamos la selección de bailarines. El que quiera tener un papel en esta comedia musical tiene que ser un excelente bailarín; pero tiene que ser un artista completo, tiene que tener "completud artística". Tiene que saber actuar, cantar, recitar, nociones de mecanografía... Hoy quiero que nos conozcamos mutuamente; descansen ahora ustedes y tú ponte al medio. Tú, ahí, al medio. El reflector sobre él, por favor. Dime con voz bien clara, ¿cómo te llamas?

Carlos López Puccio: ¡Cómo te llamas!

Daniel Rabinovich: Dime tu nombre.

Carlos López Puccio: Ah, Dimitri, señor

Daniel Rabinovich: Dimitri. ¿Eres buen bailarín?

Carlos López Puccio: Señor, siempre que bailo dicen que soy un niño prodigio.

Daniel Rabinovich: ¿Qué edad tienes?

Carlos López Puccio: Cuarenta, señor.

Daniel Rabinovich: ¿Cuarenta años, un niño prodigio?

Carlos López Puccio: Es que bailo como si tuviera seis.

Daniel Rabinovich: Ah... ¿Con quién aprendiste a bailar, Dimitri?

Carlos López Puccio: Con mi padre, señor, era bailarín del Bolshoi, era un bailarín excepcional.

Daniel Rabinovich: Seguro, los bailarines del Bolshoi son todos muy buenos.

Carlos López Puccio: Por eso era excepcional: este era muy malo.

Carlos López Puccio: (En off) Todo lo que soy se lo debo a mi padre, él me enseñó todo lo que sé de danza. Nunca olvidaré sus consejos, su apoyo, sus palabras afectuosas, siempre me decía: "¡Inútil!"

Daniel Rabinovich: ¿Te gusta cantar, Dimitri?

Carlos López Puccio: Sí, me gusta mucho cantar, señor. Yo canto siempre mientras hago mi trabajo, y me siento transportado.

Daniel Rabinovich: ¿Dónde trabajas?

Carlos López Puccio: En una empresa de transportaciones.

Daniel Rabinovich: ¿Qué preparaste para hoy?

Carlos López Puccio: Una canción romántica.

Daniel Rabinovich: Okey, Ana María, acompáñalo.

Carlos López Puccio:
No me molesta que no seas bella, no me molesta
que no seas hermosa, que no seas hermosa.
Todos tenemos algún defecto, algún pequeño defecto
y yo quiero cantar a tu belleza y a tu hermosura:
¡qué bonito es tu ojo!


Daniel Rabinovich: ¡Bravo! ¡Bravo! Qué bonita canción, Dimitri, dime, ¿cómo se llama?.

Carlos López Puccio: Tienes una mirada única.

Daniel Rabinovich: Tú, adelántate. Ponte ahí, donde está la marca. El reflector sobre él. ¿Cómo te llamas?

Marcos Mundstock: Wang.

Marcos Mundstock: (En off) Seré famoso, yo quiero lograrlo. Todos me reconocerán, yo quiero lograrlo. Las mujeres se me echarán encima. Yo... ¿quiero lograrlo?

Daniel Rabinovich: Dime, Wang, ¿tú cantas?

Marcos Mundstock:

Daniel Rabinovich: ¿Bailas?

Marcos Mundstock: Bueno.... (Se acerca al coreógrafo para bailar)

Daniel Rabinovich: ¡No!, si sabes...

Marcos Mundstock: Sí sé bailar.

Daniel Rabinovich: Cuéntame cómo te iniciaste en la danza.

Marcos Mundstock: Bueno, al principio yo estaba muy desorientado, tenía muchas dudas, típico de géminis; pero después por suerte, mi mamá, mis hermanas, unas tías con las que me crié, me apoyaron muchisísimo, todo lo que soy se lo debo a ellas, entonces me inscribí en la academia de danza, y ahí aprendí.

Daniel Rabinovich: Ok. Muéstrame qué aprendiste en la academia. Angélica, acompáñalo.

Carlos Núñez Cortés: Un, dos, tres, cuatro!

(Marcos Mundstock baila moviendo sólamente la parte derecha de su cuerpo)

Daniel Rabinovich: ¿Por qué bailas sólamente con la mitad del cuerpo?

Marcos Mundstock: Ah, sí... yo dejé el curso por la mitad.

Daniel Rabinovich: Tú, por favor, adelántate. Dime, ¿cómo te llamas?

Jorge Maronna: Me llamo Dick García, pero me dicen "Ganzúa" García.

Daniel Rabinovich: "Ganzúa", ¿dónde aprendiste a bailar?

Jorge Maronna: En la prisión estatal.

Jorge Maronna: (En off) Debo lograr este papel, debo cambiar de vida, no quiero volver allí. Ese trato inhumano, esas órdenes, esos gritos, esa horrible comida... No, no quiero volver a casa con mi mujer.

Daniel Rabinovich: Okey, "Ganzúa", ahora vas a cantar. El reflector sobre él.

Jorge Maronna: ¡Sí, sí, sí, cantaré todo, todo, todo!

Daniel Rabinovich: ¡Quiero que cantes una canción!

Jorge Maronna: Ah, una canción...

Carlos Núñez Cortés: ¡Un, dos, tres, cuatro!

Jorge Maronna:
Ya no eres mía, ya no eres mía.
Ya no eres, ya no eres mía:
ya te vendí.

Daniel Rabinovich: Ahora cada uno de ustedes recitará algún poema. Ven, empieza tú. Tu nombre es Wang... nombre chino...

Marcos Mundstock: ¡Nooo!... ¡Juan José!

Daniel Rabinovich: ¿Qué preparaste para hoy?

Marcos Mundstock: Un suflé de queso...

Daniel Rabinovich: Qué preparaste para la escena

Marcos Mundstock: Y para la cena lo que sobre del suflé. No me voy a pasar el día en la cocina.

Daniel Rabinovich: Para la escena, ¿que vas a recitar?

Marcos Mundstock: Voy a recitar el monólogo de la obra de teatro "La Invasión de los Bárbaros", con "b" grande... no, no, bárbaros, invasión con "v" chica. La Invasión de los Bárbaros, de William "Euherweherneher".

Daniel Rabinovich: ¿Quién?

Marcos Mundstock: William "Euherweherneher"...

Daniel Rabinovich: ¿William qué?

Marcos Mundstock: No, lo que pasa es que es inglés, entonces se pronuncia "Euherweherneher", pero se escribe "Smith". Y el monólogo dice así:

(Pone la voz grave y varonil)

Marcos Mundstock: Pueblo de esta valerosa ciudad: un enemigo feroz y sanguinario rodea nuestras murallas; pero estamos aquí para decirles: no nos conquistarán, ¡no nos conquistarán!... (Cambia la voz, que vuelve a ser afemeninada) ¡No nos conquistarán!

Daniel Rabinovich: Ganzúa... Ganzúa, ven aquí por favor. La goma de mascar. (Jorge se saca la goma de mascar de la boca y se la pega debajo del brazo) ¿Te llamas Dick García?

Jorge Maronna: Dick García, sí.

Daniel Rabinovich: ¿Dick sólo?

Jorge Maronna: Dick B. García

Daniel Rabinovich: ¿Por qué Dick "B", qué es "B"?

Jorge Maronna: Es que antes ya había un Dick A. García.

Daniel Rabinovich: ¿Qué vas a recitar?

Jorge Maronna: Unos artículos del código penal.

Daniel Rabinovich: No, no, qué poema... un poema.

Jorge Maronna: Poema sé uno muy famoso: "La pobre viejecita"

Daniel Rabinovich: Perfecto, te escuchamos.

(Mientras Jorge recita, Puccio empieza a llorar, y sigue haciéndolo cada vez más fuerte)

Jorge Maronna:
Pobre viejecita, tiene frío...
refugiose aterida bajo el puente
mientras cae la nieve sobre sus níveos cabellos,
y la pobre viejecita,
pobrecita, ¡tiene frío!

(Marcos trata de consolar a Puccio)

Marcos Mundstock: Bueno, bueno, sólamente es un poema

Carlos López Puccio: ¡Y ese es el poema que iba a recitar yo!

Daniel Rabinovich: OK, los felicito, quedan los tres contratados. Ustedes reúnen las condiciones para tener un papel en la comedia musical. La historia es la de un grupo de bailarines jóvenes, esbeltos, que se enfrenta a un medio plagado de idiotas. Ustedes harán el papel de idiotas. Canten la canción de los idiotas que Eduviges los va acompañar. ¡Five, six, seven, eight! ¡Vamos Dimitri, Wang, Ganzúa!

Coro:
He nacido para bailar
y sólo bailar me hace feliz,
cómo me gustaría saber bailar.
Hicimos reír, hicimos llorar

Daniel Rabinovich: ¡Vamos, Dick "B" García, fuerza!

Coro:
Hicimos reír, hicimos llorar...
lástima que fue involuntario.
En la vida a veces un fracaso nos hace trastabillar
pero en cambio en el ballet, trastabillar nos hace fracasar.

(Todos caen al suelo con efecto dominó)


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